Hay motivos más que suficientes.



Para algunos el mentir y falsear, engañar, sirve para dar solvencia y prestigio a lo que se dice representar. Es decir; se puede permitir y hasta tolerar, si eso da prestancia y empaque político. Este es el caso Viondi.

Si lo de Viondi se hubiese dado en la transición, o en las postrimerías del régimen, no hubiese pasado de una anécdota. Todos conocemos alguna situación parecida o peor, y no paso de ser un episodio más o menos llamativo.

Ello me hace recordar, al viejo profesor y su extraña manera de mentir, cuando dijo: “haber nacido en un pueblecito de la provincia de Soria”, y resulto ser una mentira vanidosa. O un caso más cercano que viví de forma directa. Sucedió en las últimas elecciones del sindicato vertical. Para poder presentarse como candidato al entonces jurado de empresa, era necesario llevar un mínimo de seis meses en la empresa, y el suficiente aval de un número de compañeros. Pues bien, este compañero, (cosa curiosa, donde las haya, que con el tiempo fue director del centro de formación Pedro Patiño) falsificó la fecha de ingreso en fábrica, lo cual supuso, anular la candidatura y el despido. Aquello nos llevo a una huelga, para que fuese readmitido. A otro le confeccionaron el titulo del certificado de estudios primarios y hoy es alcalde. Eran otros tiempos y lo que primaba era la libertad sindical y el cambio de régimen. Todo se admitía y hasta se ignoraba. Recuerdan aquel primer director político, de la guardia civil, que se llevo el dinero a espuertas. Aquel que monto con la colaboración del gobierno, una comedía vergonzante, de huida secuestros y falsedades propias de cutres mafiosos, y que fue el estado español, patrocinador de ello.

Hay sobrados motivos para que Viondi, abandone el cargo que ocupa como coordinador del gobierno local. Un puesto al que accedió, con la complicidad del PSOE IU. Es un acto inmoral, por mucho que lo quieran suavizar, el que siga en sus funciones y con ello apercibiendo unos emolumentos del erario público, del que no es merecedor. Su actitud y aptitud, es impropia para representar a los ciudadanos y una burla al pueblo de Getafe. Cada minuto que permanezca en el cargo, será una afrenta y descredito, tanto a lo que representa, al partido político al que pertenece y a la política en sí.

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