Recojo con indignación la noticia en portada, difundida por el periódico local “Al cabo de la Calle” referida al polideportivo San Isidro.
De ser cierta la noticia y la pretensión de hacer un centro comercial, os convoco y llamo a la rebelión de la ciudadanía y en especial a los vecinos del barrio. Hay que responder de forma contundente a la especulación que el cabo barullo pretende llevar con la demolición. Si él, y su pandilla de tarambanas no saben qué hacer para dotar de dignidad y modernidad al barrio, a esas instalaciones,que se largue a su residencia de descanso y nos deje en paz. Estamos hartos de su conducta y de soportar la vergüenza que nos supone tener en este barrio semejante deterioro. Basta de soportar tanta indignidad, y que ese espacio, sirva para que sus cercanos correveidile se aprovechen, como han hecho en parte de ello, con ese aparcamiento subterráneo que huele a amiguismo y especulación.
Hay quienes tenemos ideas y proyectos para dotar al barrio de una profunda trasformación, que va más allá de embaldosar, poner nuevo mobiliario, cambiar rosas por petunias o acacias por palmeras. El barrio dispone de condiciones para la creación de espacios más abiertos. Es necesario dotarlo de una mejor redistribución de los centros de enseñanza y darle carácter, personalidad y con ello arraigo.
Quienes hemos visto nacer y desarrollarse el barrio rechazamos las reformas realizadas y el trato dado. Esto tan solo ha servido para activar un plan gubernamental, de sonoro fracaso. No se ha sabido o querido, reclamar un mayor espacio urbano, que genere nuevos espacios, jardines y zonas de recreo más amplias, creando armonía. Abrir nuevas vías y sendas que permitan acceder por ejemplo, hasta el prado Acedinos (abandonado), sin riesgo, y si necesidad de llegar al sector tres y cruzar el puente de la autovía. Sin tener que pisar barro innecesariamente, o ir por barbechos, soportar y ver la suciedad.
Quienes vivimos el barrio, quienes sabemos del esfuerzo de otro tiempo y el simbolismo que representa, “aquel campo Municipal de deportes San Isidro”. No debemos permitir que una indecencia e inmoralidad política, que un cabo barullo cualquiera, le sirva en bandeja (ese símbolo del barrio, y de otro tiempo), a su familia política, a la grey especuladora, al amiguismo.
Queremos que ese espacio deportivo, se regenere y cumpla esa función de servicio al pueblo. Que fue esa su creación y vocación y no otra.
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