Alarma con connotaciones de alarmismo


La pasada semana una de las noticias más difundida, entre la ciudadanía madrileña. Fue el viciado aire de Madrid. O lo que es lo mismo el aire que respiramos. Posiblemente la noticia no hubiese sido tan divulgada, de no ser, por la ministra Rosa Aguilar, que puso esa necesaria dosis de alarma, y la fiscalía y los ecologistas alarmismo.

Esto del aire y la polución no es nada nuevo, lo cual demuestra la ineficacia y poca importancia que se ha dado a este mal que aqueja a todos los ciudadanos. Pedirles a las administraciones que actúen en consecuencia, es como pedir peras al olmo. La realidad ahonda aún más, por la ineptitud de los gobernantes, y nuestra palurda interpretación del bienestar y el progreso. Pero cada uno de nosotros tenemos nuestra cuota de responsabilidad y no podemos mirar para otro lado, ni eludir nuestra obligación de restringir el uso del automóvil, y demandar medios de transporte más limpio y eficaz.

Bastaría, para ir tomando conciencia, con que, la idílica ministra junto al caudillo de caudillos, anunciaran la limitación, y supresión, de vehículos oficiales. Si, esos que usa el extenso clan de políticos y politiquillos. Para así empezar a tenerlos en cuenta. Sería todo un gesto, a imitar, si usasen el transporte público, o la bici. Para algo más sustancioso, debe de servir la moda del carril bici. Para algo más que hacer de la bici una actividad propia del ocio.

La ministra ha elegido para este acto de presentación, a uno de los personajes más depredadores del medio, al más mediocre, a un especialista en expropiar y hacer del ladrillo, el mayor foco contaminante de la ciudad de Getafe. Promocionando una desorbitante construcción que acogota y limita el entorno. La ministra o no conoce el percal, o le puede la ilusión.

Los ayuntamientos han aprovechado el automóvil para recaudar y no invertir ese dinero en agilizar y aliviar la presión del vehículo sobre la población. Han levantado urbanizaciones y desarrollos urbanísticos, degenerando y contaminando el entorno, destruyendo el medio rural para sostener al especulador urbanístico y nutrirse con ello. Este es el resultado, ciudades agresivas y agredidas, por la falta de una sostenibilidad realista. Y todo lo anterior con el visto bueno y el sello de la comunidad autónoma correspondiente, cómplice de estos desmanes. Especular es la palabra ministra. Y menos brindis al sol. Los gobernantes locales, no darán soluciones, dado que durante años han sido y que son parte del problema.

Sirva como ejemplo la actuación de la comunidad de Madrid, respecto al metro sur. Se habilito una estación en la mismísima puerta del centro comercial del Corte Ingles, en el barrio del Bercial, y dejo huérfano de ello al hospital de Getafe. El resultado ahí está, un desorden y acumulación de vehículos, que podrían evitarse si existiese un medio de transporte eficaz y directo, menos contaminante que los autobuses urbanos.

Bochornoso es, que el gobierno local de Getafe, dona a una empresa privada, como es el Getafe club de Fútbol, 12 millones de euros, y no aporte ni un céntimo para fomentar la renovación de los autobuses urbanos. Autobuses tan ruidosos como contaminantes y obsoletos. Este gobierno local subvenciona con cerca de 7 millones de euros, para obras suntuosas en las casas regionales, y desprecia las nuevas aplicaciones, en la extensa flota municipal, para adecuarla conforme a eliminar ruido y polución.

Y este es el resultado, alarma con connotaciones de alarmismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario