Si ves mis ojos humedecerse.
Si mis manos no paran
cuando estás cerca.
Si mi pulso se acelera,
y no te miro a la cara.
Si no hablo
y mis manos tiemblan.
Si la razón pierdo
observando una estrella,
no me distraigas
te estoy mirando en ella.
Para mi, como ella estás
tan cerca para la vista
y tan lejos de alcanzar.
Eres como agua del manantial
que por más que se intente
entre las manos no se pueden abrazar.
Eres rosa de ajeno rosal
que si no es entre sombras
no se puede besar.
Por eso tiemblo,
por no hacerte mal
por medio a que entre mis manos
tengas que llorar
y te llegues a marchitar.
Eres la inmensidad,
eres el firmamento
eres el descanso
que para mi corazón
desde aquí anhelo.
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