ISABEL

Si ves mis ojos humedecerse.

Si mis manos no paran

cuando estás cerca.

Si mi pulso se acelera,

y no te miro a la cara.

Si no hablo

y mis manos tiemblan.

Si la razón pierdo

observando una estrella,

no me distraigas

te estoy mirando en ella.

Para mi, como ella estás

tan cerca para la vista

y tan lejos de alcanzar.

Eres como agua del manantial

que por más que se intente

entre las manos no se pueden abrazar.

Eres rosa de ajeno rosal

que si no es entre sombras

no se puede besar.

Por eso tiemblo,

por no hacerte mal

por medio a que entre mis manos

tengas que llorar

y te llegues a marchitar.

Eres la inmensidad,

eres el firmamento

eres el descanso

que para mi corazón

desde aquí anhelo.

FANEGAS DE LA ALHÓNDIGA.

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