PRIVILEGIOS PARA APARCAR EN GETAFE


En uno de mis comentarios anteriores escribía sobre actos de sospechoso amiguismo con tintes caciquiles del gobierno local.En concreto hacia referencia al solar, en plena calle Madrid, conocido como el “del lechero” donde aparte de los olores y degradación, de las vallas y andamiaje penden unas lonas publicitando su periódico. Es posible que tenga el permiso municipal para ese uso de promoción personal –empresarial, pero…. me da que no. Otro caso este si es caciquismo puro y arcaico en la calle Sierra. Al inicio de la citada calle, se ha eliminado un espacio destinado a la carga y descarga, para facilitar el acceso al garaje cuyos propietarios son influyentes personas vinculadas o ex -vinculadas con cooperativas de viviendas. Este es un CLARO EJEMPLO, de influencia municipal en beneficio de un privado.

Hoy toca escribir de otros, que también se ven beneficiados. Todos sabemos de las dificultades de aparcar en los aledaños de la mal tratada calle Madrid. Los problemas de los comerciantes, y proveedores. Pero no todos padecen esos “males”, por ejemplo; en la calle Villaverde se han habilitado dos plazas, para uso y necesidades puntuales a la emisora de radio ubicada en esa calle. Puedo entender que sea necesaria tal concesión. Lo que no me parece correcto es que ese espacio sea para disfrute de algún empleado o directivo beneficiándose de ese privilegio municipal. Y esa es la sensación que me da, al ver de manera permanente el mismo vehiculo sin la preceptiva identificación que válida ese uso. Si, para tener derecho ha aparcar en la zona reservada a personas con discapacidad, es necesaria la identidad hasta la foto y matricula del usuario, con más razón en este caso. Se imaginan que directores comerciales o editores de prensa que los hay, solicitaran o se les concedieran esos privilegios. Pero lo que más llama la atención es ese cartel colocado en la cristalera de la emisora, haciéndonos saber que si aparcas llaman a la grúa. ¿Pero donde estamos?, eso es un acto de prepotencia y arrogancia, y no se tomen esta expresión como algo despectivo o insultante, pero es la impresión que da, y más cuando en esa calle tan solo hay una plaza habilitada, de aparcamiento para personas con capacidad reducida que puedan estacionar a la hora de hacer esas necesarias gestiones. Lo mismo ocurre en el edificio del obispado, pero en este caso, los usuarios si tienen una identificación de esas que llamamos caseras. En esta calle la de Perate, inhabilitada para aparcar, observamos como la policía local, multa los días festivos a quienes tiene la osadía de aparcar en esa zona reservada , los días u horas en que se supone no hay actividad en el obispado.

En uno y otro caso es evidente que esos reservados son para beneficio de sus empleados, y no para un uso puntual, o excepcional. Es más; bien podrían limitar el horario y aplicarlo de la misma forma y manera que hacen con la carga y descarga. De esta forma todos disfrutaríamos de ese espacio público.

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