LA QUINTA DEL AÑO

Hay un refrán tremendamente revelador que viene a decir: “ Quien tiene un vicio si no se mea en la puerta se mea en el quicio puerta”.

Sin pretender calificar con ese termino las conductas del edil mayor del gobierno municipal, y concejales. Pero si que dadas sus tendencias me atrevo a calificarlas como de malos hábitos o costumbres adquiridas, que con el tiempo se consolidan, mostrándonos la banalidad de sus actos.

Pongamos que hablo referente a la forma de justificar por el alcalde la donación de los más de 3, 5 millones de euros, donados al club privado de futbol Getafe SAD., habiendo recibido hasta el día de hoy más 700 mil euros, luego posiblemente al finalizar la temporada, la cifra recibida por el club supere los 4,5 millones de euros.

Ante esta desmedida y “caritativa” prebenda económica, el alcalde vuelve con esa patraña infantil del aporte publicitario del club futbolero al pueblo…de Getafe. Y eso ni es verdad ni es mentira, simplemente es imposible de cuantificar. Que les parece si al respecto preguntásemos a los comerciantes de Getafe, por ejemplo a los de la barriada de San Isidro. Lo más seguro es que responderían que “ni hablar del peluquín”, las ventas están tal cual, nada nuevo. De la misma forma nos hablarían los empresarios, aquellos que se juegan su patrimonio personal por mantener en pie una industria que pasa por sus posiblemente peores momentos. También; responderían de la misma guisa los vecinos de Getafe, que no hemos alcanzado una mejor calidad urbana, ni tan siquiera notamos y por lo tanto desconocemos esos inversores, que gracias al club de futbol han apostado por Getafe. En cambio si conocemos algunas que han emigrado o desaparecido.

Nuestra clasificación no se corresponde como la ciudad puntera de la comunidad que nos quieren vender. Tan solo los bares cercanos al Coliseum, han notado “esa buena” y tan solo, como algunos manifiestan; cuando obviamente se juega en casa, el resto de la semana pues para cubrir gastos e ir tirando.

Quienes si sacan réditos al asunto futbolero, son los que van al futbol de “gañote” los que se aprovechan de ese nuevo rol social para distribuir ordenes y sugerencias, lucirse en palcos y procesiones de diverso índole social, alimentar la especulación y fomentar la industria del ladrillo. Los que envalentonados por las gloriosas ambiciones del alcalde, cuando les interesa, sacan a la palestra esa ambicioso proyecto de cuidad deportiva, nada menos que en terrenos lindantes con una barriada de Villaverde, para consolidar y no perder comba en ese jugoso juego, que tanto prestigio otorga, hasta el punto de posibilitar el elevar bustos y nombramientos de “hijos hidalgos” de la villa y pueblo de Getafe, para gozo y disfrute de la afición, y socios de la empresa Getafe SAD. No solo se reparte juego en el verde tapiz. También en los despachos, el “gloriosísimo” futbol como industria y empresa reparte de todo un poco, para bienes, adornos florales en la urbe, y todo aquello que pueda ser susceptible de utilidad y necesidad local.

Y luego esta la llamada escuela de futbol, donde los padre de los chavales si son afortunados en ingresar, tienen que abonar más de 300 euros aparte la equipación y según algún malicioso, la obligación de hacerse socios del club

En fin; pretender justificar esa donación al futbol espectáculo, como soporte publicitario, solo se puede entender en quienes, por sus malos hábitos y costumbres, no ven más alla que su propio ombligo.

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