No se si puede existir mayor sufrimiento, que el de unos padres al saber que el asesino de su hija, deambula por la calle delinquiendo e incluso haciendo vida social, en eso que dicen libertad vigilada, sin que la justicia y la autoridad ponga limites a ese convicto delincuente. Y digo; límites antes de que vuelva a delinquir. Esto es repetitivo y nos recuerda el caso Mari Luz, por fortuna el asesino, no ha llegado a matar en esta ocasión. De nuevo el desgarro de una familia hace presencia y toma cuerpo para abrir más esas heridas y sufrimiento. Y ello por que la ley en este país carece de identidad y es cualquier cosa… pongan ustedes el calificativo. Este no es un caso aislado, y demuestra que la reinserción no goza de esa credibilidad, que nos quieren hacer ver, quienes con su capacidad de estudio y trato apelan a la mala educación, a tal o cual conducta producto de un desarraigo familiar o social. . Una sociedad es más respetada y respetable cuando aplica con rigor y responsabilidad todo aquello que proporciona seguridad y libertad. Y la seguridad como un derecho, no puede ser vulnerada por delincuentes, que descargan su maldad intrínseca con la complacencia de la sociedad. Una sociedad indolente y perezosa, que necesita del zarpazo asesino, para ponerse en marcha.
El delincuente, el terrorista, el maltratador, debe de saber que la sociedad además de repudiarle, le condena por su comportamiento y le aísla por ser un elemento nocivo, y que tiene fortaleza suficiente par mantenerle bajo el control de la ley. Lo contrario es especular con el, puede ser, acaso, posiblemente, y ese largo etc. etc. que no es otra cosa que distraer y descargar responsabilidades en la sociedad. Si el Rafita, hubiese vuelto a asesinar, quien sería responsable…. Volveríamos a entonar el “mea culpa” volveríamos a buscar culpables entre los responsables de su vigilancia y control. Seguro que todo esto les suena.
No esta de más recordar que en un Mayo de 2003 el mencionado, participo en el asesinato de la joven Sandra vecina de Getafe, formo parte de esa incalificable acción, mutilando y quemando el ya cadáver de Sandra. Por ello la madre de Sandra exige el cumplimiento de las penas y que el menor de edad sea juzgado conforme a la gravedad del delito y no se apele a esa caricatura de minoría de edad, para burlar la ley y burlarse de la sociedad. El Rafita saldrá en libertad de inmediato tras saludar al juez, que no podrá impedir que pernocte en esa casa de acogida, habilitada para los de su cuerda, y pagada por todos. Esperemos que la nueva hazaña del Rafita, no acarre sangre, cuando no muerte. Esperémoslo.
Con cariño y recuerdo,… por momentos todos somos Mª del Mar….
Fanegas de la Alhóndiga.
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