Llevado por la curiosidad, y la influencia de los acontecimientos, en otros países. Me acerque por la Puerta del Sol, para ver y vivir en primera persona, las proclamas, ideas y desarrollo de los acampados en la madrileña plaza.Reconozco que el guión, y más a esas horas de la mañana las 11, me abrió el apetito, si bien el escenario mediático contribuyo a ello. Ciertamente la composición de la función y el texto, era algo tan cotidiano y directo con la realidad, que no podía ser desoído. La otra parte importantísima eran sus actores, el atrezo, la decoración y el orden escénico, que en la noble disposición ambiental, nutrió mi apetencia, hasta casi saciarla.
Pero la cosa ha ido cambiando con el trascurso de los días, o, mi percepción original no se correspondía con la realidad y todo fue producto de una imaginaría visión emocional, potenciada por mi inapetente estado, que burlón él, aprovecho el envite.
El traslado o prolongación de ese escenario a mi pueblo, y su cuadro de actores, me alerto de que un buen guión, pierde interés, si sus intérpretes no tienen concordancia con lo que demanda la sociedad y entre ellos no hay esa diversidad de componentes que se esperaba. No es bueno conocer de antemano a los actores, y menos si se espera ser sorprendido y cautivado.
La difusión local de esas asambleas populares. Quienes la capitalizan y se prestan a canalizarlas, no despiertan en mi interés alguno, (por lo anteriormente expresado), si aplauso para algunos al no conocerlos, e indiferencia para otros.
Y en la mañana de hoy, todo se confirma y me pone en alerta. Al observar en la Plaza de España, o Juan de la Cierva, una pancarta alentando a por la tercera republica. No es eso lo que yo espero, ni a extrañiiisimos promotores de esa causa.
Todo ha quedado en un flash voluntarioso, un sueño efímero, de cortísima duración, al menos para mí. Es una lástima, ahora que había decidido pasar del régimen.
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