Las autoridades sanitarias, tan preocupadas, por nuestra salud, van ha obligar a las empresas tabaqueras(a esas que subvenciona espléndidamente) que de forma grafica impriman en la cajetilla de tabaco la imagen de esos órganos vitales que sufren con más virulencia el deterioro por el consumo del tabaco. De forma especial los pulmones, serán objeto la “llamada de atención” a los empedernidos fumadores.
Me resulta contradictorio; que siendo la venta y consumo de tabaco una de las fuentes importantes de ingresos económicos del Estado, y altamente gravados. Nos vengan con este nuevo “paripé”. Que no cuela autoridades. Que es más de lo mismo, querer, y al mismo tiempo mirar para otro lado. El consumo de tabaco esta subvencionado por el Estado y permitido como tal, hasta sus últimas consecuencias. Dejemos que la gente se mate como les guste. Y déjennos de cantinelas, y de marear la perdiz. Preocúpense de defender el derecho y la salud de los no fumadores, y aplicar leyes que debiliten y erradiquen la fuerza de que disponen los fumadores, en las áreas comunes y espacios públicos. Ese es el principio de todo, mostrar respeto y exigir que los lugares públicos estén libres y limpios de esa nociva, perniciosa y molesta sustancia que tan alegremente se consume.
Propongan medidas, que eviten que los “mal llamados lugares de ocio nocturno” (entre otros) se conviertan en un reclamo para el “fumeque”. Garitos infectos, que muestran su poder ofreciendo un espacio habilitado y permitido para fumar. Estos favorecidos locales, hacen campaña, no ofreciendo calidad de sus instalaciones y productos .No. Posibilitando y exigiendo el pertinente permiso para convertirlo en un punto de encuentro contaminante y desagradable.
Aplican campañas de promoción, para favorecer el consumo de tabaco, valiéndose de la subvención que el Estado otorga a esas empresas agrupadas en torno a asociaciones, capaces de movilizar y apelar a no se que slogan de la “ruidosa noche si no permite fumar”.
La realidad tal y como la manifiestan los propietarios de bares y cafeterías, debe de ser asumidas por todos. Por quienes aprovechamos esos espacios para disfrutar al consumir dentro de un entorno agradable, y también del fumador, que usa ese espacio como pausa en su trabajo, el derecho a satisfacer su deseo. La experiencia da como resultado más favorable para la hostelería el permitir fumar en el establecimiento, en especial en horas puntuales. Pero tanto los empresarios, como los fumadores deben pensar en esos trabajadores que se ven obligados a soportar esa más que molesta circunstancia por agradar al fumador, y hacer caja.
Esta circunstancia agrega más dificultad, ha algo que se podría minimizarse objetivamente, aplicando educación y respeto mutuo.
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