Amagar y no dar.....

Este es un gobierno compuesto por “tarambanas”. Sin honor, ni dignidad pública, carente de todo eso que es necesario para gobernar: seriedad y respeto a las decisiones que emanan del Estado. Es humillante y esperpéntico, que un mediocre y vulgar caudillo, logre con su intervención, (presumiendo de ello) y tras un puenteo entre ministros, modificar un acuerdo tomado en un consejo de ministros. Es inconcebible que algo que esta plasmado en ese sagrado documento, que es la máxima indicación de la gobernabilidad de un Estado, como es el BOE, y rubricado por el Jefe del Estado, se haya chapuceado de tal forma, que evidencia la mediocridad de quienes nos gobiernan, y su debilidad institucional, hasta el extremo de hacerles variar en sus decisiones.

Un Estado para que sea respetado no debe dejarse chantajear, ni permitir presiones llegadas de los ayuntamientos, por mucha fuerza que puedan tener, e incluso por razón económica. No es de recibo que alguien tan incompetente como el vicepresidente tercero,(telonero venido a menos, en este esperpéntico gobierno), se deje llevar por esos alcaldes de mayor o menor rango mediato y amenazarle con una silente revuelta, si no accede el gobierno a sus pretensiones.
Todos somos sabedores y vemos a diario el despilfarro de los ayuntamientos, tanto en lo económico, como en lo moral, asumiendo atribuciones y servicios que no les corresponde, con el fin de engordar la deuda y mantener activos y con empleo a los suyos .Los ayuntamientos son uno de esos grifos, que deben de ser cerrados o al menos puestos en cuarentena, hasta que pase esta epidemia de especuladores, y se busque un antídoto capaz, de poner cordura y equilibrio en las arcas municipales. No todo puede valer por razón de necesidad. Si no, se aplica ese filtro capaz de ver la realidad de este país y de lo que disponemos, nos veremos abocados a la permanente risión, tanto institucional, como, de gobernabilidad.

Los españoles no se merecen un gobierno títere, al servicio del caudillismo local o autonómico. Y más, cuando los entes locales son el reflejo vivo de lo que es España, un lugar abonado a la corrupción, al servilismo, al amiguismo. Una España plagada de cata caldos, que pululan arropados por el “sistema”, a la espera de recalificaciones que les puedan mantener en el lujo, y la distinción, alimentando sus caprichos, y creando “mendigos políticos” que engordan las deudas y muestran la indecencia institucional. Valga como ejemplo lo sucedido en Getafe. En previsión de lo que se avecinaba el gobierno local de Getafe, procede a nombrar a dedo a cuatro nuevos miembros de los denominados “cargos de confianza” personajes pertenecientes a esa “casta” privilegiada por el amiguismo y el enchufismo. Usandolo para acallar a quienes son discrepantes con los gobernantes. Les anulan y les convierten en un “pegote” local con cargo a las arcas municipales. El costo de esta última “gracia” se estima en más de 170 mil euros. Ya son 49 “mendigos políticos” de los disponen para uso y disfrute este gobierno local. Con la que esta cayendo, con lo que se avecina este “detalle” es como poco una “indecencia” política, muestra palpable del egoísmo partidista, y el desprecio a los vecinos. Este es el logro mayor del caudillismo local, crear una nueva casta de ciudadanos agraciados por el “dedo” del caudillo. De esos que chantajean al Gobierno de España.

¡Basta de gobernantes mediocres, de “chiquilicuatres” ineptos, incapaces de dar realismo y carentes de vergüenza…Lo pida Rita, lo pida el alcalde catalán, lo pida Gallardón o el más ínfimo caudillo local.

¡Basta de charangas locales ruidosas, y de un Gobierno que amaga y no da. Por aquello del… amagar y no dar….Que risión….ministros…que risión.

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