Comentario de ti para mí

Va a suponernos un gran esfuerzo (incluidos a ustedes los políticos) el superar la crisis actual, sin salir tocados de ella. Ustedes los gobernantes locales han despilfarrado el dinero, han contribuido a este general estado de penuria económica, endeudándonos hasta cotas que los ciudadanos desconocemos, gracias a ese oscurantismo que ustedes imponen. En treinta años de los llamados “ayuntamientos democráticos”, han actuado sin control, han manejado a manos llenas ese inacabable dineral que llegaba a las arcas municipales, disponiendo a su antojo. Pasaran a la historia como unos desalmados administradores, por su insensatez y falta de escrúpulos. Han ido endeudándose año tras año hasta caer en la mendicidad administrativa, dilapidando los dineros de los contribuyentes. Han desarraigado la industria, sin formulas alternativas. Han creado macro ciudades donde el fulgor del ladrillo y la argamasa han cegado las escasas entendederas de que disponen. Han saciado la voracidad de los especuladores aplicando sus consignas y mandatos, remando en la misma dirección; expropiar y luego edificar sin ton ni son, sin orden, abusando de esos mensajes demagógicos, dirigidos en especial a esos jóvenes que confiados en esa parva de especuladores, creyeron primero y luego cayeron en la triste realidad; el popular dicho de “Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió”
Con una idea arcaica y primitiva, de lo público de lo que es de todos, han actuado bajo el lema: “del todo vale y sino lo hacemos posible.” Han convertido los ayuntamientos en una especie de “centro de acogida” donde gran parte de los excedentes del tejido industrial local (que dicen los cursis) han tenido acomodo como funcionarios en esa “casa común”. Han generado un monstruo funcionarial, aparte del amiguismo y el enchufismo partidista, que no ha resuelto las deficiencias administrativas, esas que los ciudadanos demandamos de forma directa y ocasional día a día. La burocracia es la tarjeta de presentación de esta administración, generando puestos, innecesarios, que muestran la decadencia de un sistema de gestión ineficaz. Han depositado en ese saco elástico, que es la cosa pública, aparte de deudas, servicios y personal, creando una nomina, cada vez más difícil de sostener. En ese saco han depositado impagos por trabajos de empresas contratadas. Han creado servicios de difícil justificación e innecesarios, han asumido competencias que no les correspondían. Han privatizado y externalizado servicios y empresas municipales, de entre otros; L Y M A, cementerio, tanatorio, servicios fiscales.
. Y todo por el afán y el ansia del poder, de la arrogancia. Con ello alimentaban más el gasto sin lograr hacer que los ingresos equilibrasen las caninas cuentas económicas.Sin aplicar la ecuación; gastos ingresos o si lo prefieren, prestaciones gastos. Han destruido empleo fomentando el traslado de empresas locales que han emigrado fuera del término local. A trancas y barrancas capeaban el temporal, en la falsa idea del “ya escampará”. Y claro el saco ha reventado. Y ahora; el Estado, y hasta los ciudadanos del más recóndito ayuntamiento de España, que nada tienen que ver con esta película, deben de contribuir a saldar las deudas contraídas por la megalomanía de esta clase dirigente despilfarradora. Se habilitan préstamos, se aplazan intereses, y usando nuestro nombre, se arrastran como mendigos, pidiendo limosna a los banqueros. Este es el amargo pananorma que nos queda por degustar. Nos hipotecan un mínimo de cinco años, pagando intereses, y dejando una herencia y carga difícil de asumir. Ellos los gestores de lo público. Esos que cada cuatro años nos despiertan del letargo en el estamos sumidos, para decirnos: DESPIERTA: es hora de votar. Hoy se nos muestran gozosos, alegres y felices, el proteccionismo estatal cubrirá sus vergüenzas, las campanas tocaran a gloria y ellos ya limpios de culpa, abrirán las ventanas de sus despachos, para respirar un aire más puro. Los santo y seña de los llamados “ayuntamientos democráticos” dormirán tranquilos, la cosa publica no les desvelaran sus sueños.
Pero cada día que amanezca, y vean su “cara” reflejada en el espejo, sentirán la vergüenza de sus actos, y cada día más, se verán alejados de los ciudadanos. Serán espectros andantes en, ciudades fantasmales, convertidas por sus obras en escombreras y solares, sin referente sociales, sin historia. Vagabundos en un mar de tormentos y ruidos, contaminantes y acogotados.. Sin espacio…


Con lo mejor de mi…Fanegas de la Alhóndiga

Dedicado a quienes sufren la inquina del caudillismo loca

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